La sonrisa de la estatua del Ángel

La Historia comienza como sigue...

 

Varios amigos se reunían todos los días en el parque para jugar al escondite inglés, a polis y cacos, al cinturón escondido o simplemente a conversar sobre los profes o los dibujos o las pelis.

El mayor, se llamaba Torín y los demás, Anita, Rucita, Latón y Polito. Los cinco disfrutaban enormemente cada vez que jugaban y reían. Sus padres les dejaban solos porque sus casas estaban pegadas al parque y casi los podían ver desde las ventanas.

Dentro del parque, los cinco niños quedaban a las cinco y media en la estatua del ángel, donde uno enorme de granito con sus alas, su melena y su espada simbolizaba la victoria.

El primero de los niños en llegar siempre era Torín, el mayor de todos. Llegaba con su pelota de fútbol y se sentaba a los pies de la estatua. A Torín le impresionaba la cara del ángel pues no tenía boca y siempre lo miraba fijamente al llegar y le saludaba diciendo:

  • ¡Buenas tardes, señor ángel. ¿Crees que hoy lloverá o hará sol?”

Y termina... a saber cómo termina la historia del Ángel, para saberlo tedrás que darle al siguiente vículo:

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