Frank sintió que respiraba el polvo suspendido en el ambiente, trató de agitar la cabeza para despertar del todo y tomar conciencia del lugar donde se encontraba y la razón de su desmayo...
Corre el año 2002, Frank Cenicientos es un Inspector de Policía de la Ciudad de Madrid, durante años ha vivido a caballo del crimen dentro del ambiente más oscuro y sórdido de la ciudad. Las compañías más detestables han compartido con él tragos amargos y refrescantes momentos de luz
Ciertamente, desde que dejó el uniforme en el último lugar del armario de su habitación para travestirse de paisano como miembro de la policía secreta, ha experimentado un cambio profundo en su personalidad. Las digresiones personales han dinamitado toda percepción moral de la sociedad y ahora vive en un permanente estado de supervivencia, donde todo aquello que le permite seguir vivo es válido.
Su difícil experiencia al lado de su compañero Nené, “el hombre de los puños de oro” y el amigo de pocas preguntas, le ha permitido atrapar a no poco peligrosos criminales a lo largo de su carrera. Estas duras experiencias le han granjeado una fama de policía independiente y duro, exigente con sus mandos, y ser percibido como un lobo solitario dentro del esquema de la Central de Policía de la Ciudad.
Madrid, una hermosa ciudad occidental que esconde en sus entresijos los más abyectos crímenes y criminales. Un lugar extraordinario, un hervidero de turistas, una ciudad bulliciosa donde todo el mundo vive a sus anchas, como quiere, como le apetece, sin dar respuesta a nadie.
La libertad tiene un precio elevado, un coste que parece inasumible cuando conocemos a uno de esos que se encuentran en el muro vigilando nuestra seguridad.
Frank Cenicientos, ¿quién se atreve a preguntar por sus métodos cuando saca su Colt de cinco disparos? Nada de lo que se narra aquí, tiene parecido alguno con la realidad… o quizás, sí.
