Érase una vez un Reino con un precioso castillo rodeado de un hermoso lago donde reinaba un rey anciano, justo y bueno. El Rey tenía dos hijas de belleza incomparable. Los tres gobernaban en el castillo con generosidad a sus leales siervos.
Un día en que estaban los tres riendo en su castillo, rodeado por un bosque frondoso y un hermoso y profundo lago habitado por peces de colores de todas las especies de la tierra, apareció un galante y joven caballero sobre un caballo blanco.
El joven caballero se presentó al Rey para anunciar el motivo de su visita.
Buen Rey Regiderto, su reino tiene fama de bueno y sus hijas, Tresa y Fresa, de guapas, dulces y cultas.
Así han crecido y así les enseñé. Me gustaba que leyeran y aprendieran buena música y a discurrir con libertad. ¿Y tú quién eres?
Soy Ataúlfo el Gran Duque del Reino Dealado, hijo de Ataúlfo el Grande. Buen padre y buen Rey para sus siervos.
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